viernes, 17 de junio de 2011

3. Perder es cuestión de método, Santiago Gamboa





El vigilante del bar Lolita lo reconoció de inmediato y le abrió la puerta. Silanpa entró y caminó hasta la barra.
 Un whisky. No, mejor un ron.
En las mesas había mujeres solas que lo miraban entre bostezos. Era jueves, once de la noche. Pocos clientes venían a esas horas.
Y Quica? ­  le preguntó al barman.
 Está en la cocina. ¿Se la llamo?
Silanpa asintió, se sentó en una mesa y un minuto después la joven vino a su lado.
 Vino antes de tiempo, papito. Le dije que el viernes.
Silanpa la miró sin hablar.
 Huy, la cosa parece grave. ¿Puedo pedir un vino?
 Pida lo que quiera.
Tenía un vestido de baño rosado. Las nalgas se le marcaban y el vientre duro le resaltaba la cintura. Silanpa bebió de un trago el ron y pidió otro.
 Cuánto por subir al cuarto.
 Ocho mil.
 Vamos.
Le hizo seña al barman para que le sirviera un último ron doble.
Avanzaron por un corredor hasta el reservado número 6. Al llegar Quica se fue al baño.
 Acuéstese ahí. La ropa puede colgarla en esa percha.
La vio perderse detrás de la puerta. Se quitó los zapatos, la camisa y el pantalón. La esperó en calzoncillos.
Quica vino desnuda y se recostó junto a él dejando ver un espléndido trasero lleno de lunares.
 ¿Quiere que le haga algo o se sube ya?
 Me da lo mismo.
El techo da vueltas sobre su cabeza. Un bombillo colgado de un cordón eléctrico atraía el vuelo de las polillas y las moscas. Siguió bebiendo y se dio cuenta de que Quica ya estaba sobre él, moviéndose con fuerza. La veía como detrás de un vidrio.
 Eso le pasa por tomar tanto.
 No importa, me gustó igual.
En la barra siguió tomando rones, uno tras otro. Pasadas las tres de la mañana recostó la cabeza sobre el mostrador y así se quedó. No se dio cuenta de nada, no oyó los reclamos del propietario ni sintió las garras del portero levantándolo en vilo, sacándolo al frío de la calle y depositándolo en el andén.

Perder es cuestión de método, Santiago Gamboa

1 comentario:

  1. Elección discutible. Gamboa tiene escenas eróticas muy inferiores en el resto de su obra.

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