sábado, 16 de julio de 2011

11. Dos veces Alicia, Alba Lucía Ángel



Me acomodé en el diván, a su lado, y él comenzó a acariciarme lentamente, con sus manos largas y finas; me apretaba contra su cuerpo y seguía contándome historias de cuando era pequeño. ¿Te gustan mis medias color mora en leche? Me recorrió las piernas, desde el tobillo hasta más arriba del muslo, no sabía que eran color mora en leche; soy daltónico, y comenzó a besarme. Primero con dulzura, luego fue aumentando el ritmo, quítate las medias: no me gusta el color mora en leche. Pero ¿no dijiste que eras daltónico? Y me desvistió sin prisa, después de las medias la super mini, las manos me quemaban el estómago, qué muerte más linda, me gustaría estar siempre así, rodeada de serpientes, mordida por un áspid, el río parecía en creciente, se agitaba en remolinos muy fuertes, más fuertes, más… comencé a morderlo, ¿quién te gusta más? ¿Cleopatra o Nefertiti?; revolvía con violencia mi pelo corto, me daba tirones como si quisiera arrancármelo, ¿quién te gusta más…? No me tires el pelo. ¿Quién, Cleopatra o Nefertiti?, y seguía mordiéndole los labios, soy un áspid… y comencé a enrollarle el cordón con el amuleto en forma de media luna que llevaba al cuello y que me estaba fastidiando, con esto voy a vencerte… con esto voy… pero no pude terminar porque comenzó a penetrarme con frenesí de poseso; ¡déjalo! Deja eso…, y su voz desde allá abajo, desde el fondo, y un grito y otro y entonces comencé a dar golpes contra la quilla de la góndola que giraba en redondo como si hubiera perdido el control hasta que mi cuerpo se quedó suspendido en medio del río, a merced de la media luna que amenazaba con degollarme, con cortar el hilo.

Dos veces Alicia, Alba Lucía Ángel

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